La emoción de haber visto semejante puerto desde una altura considerable es indescriptible. Quizás no es la descripción lo que hace falta. Mi viejo, había nacido en un barco, atracado en ese momento en el puerto de Santos, Brasil, anotado como Italiano, nacido a bordo del barco Nazario Sauro. Se llamaba como el barco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.